Vigilia Pascual
Lecturas: VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA Primera Lectura: Génesis 1,2—2,2/Salmo: 103 Segunda Lectura: Génesis 22, 1-18 /Salmo: 15 Tercera Lectura:Exodo 14,15—15,1a /Cánt: éxodo 15 Cuarta Lectura: Isaías 54, 5-14 / Salmo: 29 Quinta Lectura: Isaías 55,1—11/ Cánt: Isaías 12 Sexta Lectura: Baruc 3, 9-15. 32 --4, 4/ Salmo 18, 8-11 Séptima Lectura: Ezequiel 36,16—28/ Salmo: 41 Epístola: Romanos 6, 3-11/Salmo: 117 Evangelio Lucas, 24, 1-12
En esta noche santa, hemos revivido toda la historia de la Salavación, las lecturas que hemos escuchado, han sido para nosotros el itinerario del amor de Dios, que, desde la creación nos ha amado y por su gran amor, siempre nos ha mostrado -a los hombres su amor-. la liturgia de la palabra y en general esta vigilia, se orienta centralmente al aspecto bautismal, al ser regenrados por el agua y renacer a la vida del resucitado, es la experiencia del pueblo que pasa el Mar Rojo, es la experiacia de Cristo que vence las cedenas de la muerte y resucita. nosotros estamos llamados a ser imagen de Cristo, y nuestra tarea será manifestar a la humanidad, cada vez más alejada de Dios, la LUZ DEL RESUCITADO, ese el foco de nuestra fe, dar a la humanidad testimonio del resucitado, aquel que se entregó en la cruz, pero que no se quedó ahí, sino que resucitó.
esta noche santa debe ser para nosotros motivo de grande alegría, la alegría de sabernos redimidos, por aquel que dió su vida por nosotros y que nos rescató de las tinieblas, para que fueramos transportados a la luz; por eso nos hemos mantenido a oscuras, con nuestras velas encendidas, hasta que la luz del Resucitado invadió nuestra propia oscuridad y nos sacó de ahí.
Hoy, en este momento histórico, estamos llamado a ser luz del Resucitado, frente a las situaciones de oscuridad, debemos iluminar frente al valor de la vida, desde la concepción hasta su muerte natural; debemos ser luz, cuando se nos ocurece el horizonte con tratos ihumanos, donde parece que el hombre e un objeto más de un sistema que no ve rostros concretos; debemos mostrar la luz del resucitado, cuando se quiere oscurecer el verdadero valor de la Familia unida, que se ama, que acoge con amor a los hijos; estamos llamados a anunciar a un Dios vivo, no un Dios muerto y de muerte, no nos podemos quedar buscando entre los muertos al que está vivo, porque Cristo ha resucitado y no se ha quedado en el sepulcro. Por eso debemos ser luz del resucitado también en nuestra Iglesia, debemos iluminar aquellos rincones que quedan oscuros y salir adelante, si Cristo está entre nosotros, caminemos confiadamente en su Amor. Aleluya, Aleluya, Aleluya... Viva Cristo Resucitado.
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