Tercer Domingo de Pascua - C
Domingo 22 de Abril de 2007
3ero. de PASCUA -C
Lecturas: Hechos 5, 27-32. 40b-41/ Salmo 29/
Apocalípsis 5, 11-14/Juan 21, 1-19.
Por Fr. Rodrigo Aguilar Gómez O. de. M.
En este domingo, celebramos el tercero del tiempo pascual; vamos avanzando en el itinerario de la luz del resucitado.
La liturgia de la Palabra,nos ha invitado a manifestar el testimonio de Cristo en medio de la humanidad, así como en medio de la adversidad, basta aquí señalar tanto testimonio de mártires de nuestra Iglesia, que, anuncian el Evangelio a costa de injurias y persecución por la fe.
El Evangelio de hoy, nos muestra la tercera aparición de Jesús resucitado; se les aparece en el mismo lugar donde todo comenzó, en el mar, aquellos hombres que inseguros no saben totalmente que el Señor ha resucitado, están pescando y no han pescado en toda la noche, se les aprece el Señor en el borde y los invita a lanzar las redes, ellos las tiran y logran una buena pesca, ya no dudan como la primera vez que el Señor invitó a Pedro a tirar las redes, sino que las tiran y pescan 153, un significativo numero; luego ya a la orilla les tiene preparada la comida, signo de que el maestro se hace parte de la vida de sus discípulos, comparte con ellos y ellos lo reconocen "es el Señor", que hermosa imagen de lo que significa el discípulado junto al verdadero maestro.
Porsterior a la cominda viene otro aspecto muy importante, el dialogo con Pedro, ese diologo que nos conecta con las lecturas que hemos escuchado; Jesús le pregunta a Pedro si lo ama, dicha pregunta se repite por tres veces, así como tres veces lo había negado durante la pasión, Jesús lo confirma en el apacentar las ovejas, y a dar testimonio de él en el mundo, le dice "Sigueme", aun cuando ese testimonio traiga consigo persecución golpes, pues, como hemos escuchado en la primera lectura "hay que obedecer a Dios, antes que a los hombres", esa es la invitación de Jesús a Pedro y en definitiva a toda la Iglesia, la cual debe dar testimonio de Cristo hoy.
Que importante es sentirnos parte de la misión de todos en la Iglesia, de amar al Señor y apacentar a tantas ovejas, que hoy se sienten alejadas, dolidas, deprimidas. Que podamos dar testimonio de nuestra fe a cada momento, aun cuando ello cueste calumnias, infamias y persecución. Así sea
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