2007
(Tu comentario, es un aporte importante... no lo olvides...atte Fr. Rago O. de. M)AL FINAL DONDE DICE PUBLICADO POR: FR RAGO Lecturas: CENA DEL SEÑORÉxodo 12, 1-8 . 11-14 /Salmo 115/ 1a Corintios 11, 23-26/ Juan 13, 1-15"Hoc est Corpus meum... (esto es mi cuerpo)
Hic enim calix sanguinis mei (este es el cáliz de mi sangre)"
En este día, ya al caer la tarde, celemamos el Jueves Santo, y recordamos la Cena del Señor; hoy la Iglesia nos invita a tener presente dos sacramentos muy importantes: La Eucaristía y el Sacerdocio Ministerial. Dos sacramentos que recientemente el papa Benedicto XVI en su exhortación "Sacramentum Caritatis" nos ha invitado a valorar y descubrir en ellos el amor infinito de Dios.
La liturgia de la Palabra en este día, nos invita a descubrir la centralidad de la eucaristía, como el sacramento del amor y el servicio. El libro del éxodo, nos relata el sentido pascual de la eucaristía, vocándonos la pascual del antiguo testamento, la cual es figura de la nueva pascua, donde la victima ofrecida nos es el cordero, sino que es el mismo Cristo que se ofrece como cordero por la humanidad; por tanto una primera nota sobre la eucariatía, es que ella debe ser centro de nuestra vida de cristianos. Por otra parte San Pablo en su carta a los corintios, les relata, lo que por tradición ha recibido, que fue la última cena de Jesús con sus discípulos, en la cual da nuevo sentido a la alianza, inaugurando la nueva alianza, además de hacer porpagadores a aquellos hombres de ese mismo gesto a la humanidad. Y el Evangelio, aunque San Juan, no tiene un relato de la última cena, como los otros evangelistas, nos narra el lavatorio de los pies; este gesto es muy significativo, pues, aquí está la centralidad de la eucaristia, como sacramento de la caridad, como sacramento del servicio, es decir, Jesús invita a sus discípulos a ser servidores unos con otros, y es eso lo que la eucaristía es para la vida del creyente un servicio, ofrecido por hombres frágiles, pero que han consagrado su vida al servicio de los demás, es eso lo que debemos tener presente en nuestros ministros, que sean servidores de la Palabra y testigos del amor y del servicio.
Que nuestra celebración de los misterios del Señor, nos permita orar mucho más para que la eucaristía siga siendo centro de nuestra vida, para que el Señor, siga enviando muchos más operarios a su mies y se siga celbrando en el mundo el sacramento del amor. Que en nuestra vida cotidiana, podamos repetir constantemente este gesto del lavado de los pies, a tatos hombres y mujeres que necesitan de nuestro servicio, de nuestra entrega humilde y generosa y así podamos ser signos concretos del amor de Dios. Que así sea.
Lecturas: CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑORIsaías 52, 13 --53, 12/Salmo 30/ Hebreos 4, 14-16; 5, 7-9/ Pasión Según San Juan.
En este día hacemos menoria de la entrega en la cruz del Señor, por la salvación de la humanidad, esa humanidad que por el sacrificio cruento de la cruz, ha sido reconciliada con el Padre.
Hemos escuchado el relato de la pasión, y en ella podemos descubrir el sentido que la liturgia nos invita hoy a vivir, celebramos lo que en el evangelio de Juan es central, "La Hora", la cruz es la hora, hora de la entrega, hora de la glorificación, hora de la exaltación de Jesús, es la hora del inmenso amor de Dios a los hombres, por eso en la litugia de la pasión del viernes Santo, recordamos o revivimos ese momento, no sólo como algo triste y que nos debe desanimar, sino como un acontecimiento que nos debe llenar de una mayor fe. El Señor se entrega en la cruz, y la cruz pasa a ser el signo de la GLORIFICACIÓN de redención. Hemos escuchado por otrsa parte dos lecturas significactivas, por una parte el profeta Isaías, que prefigura la venida del Mesías, y por ende su glorificación, nos presente la imagen del siervo sufriente, que como cordero es entregado al matadero, esa frase es plenamente válida, sólo en la medida que hemos escuchado la primera parte de la lectura, pues en la medida que el servidor (Cristo) es exaltado, elevado y triunfa, se hace plena la entrega del cordero, por la salvación del género humano; este triunfo en la cruz, que es lo fuerte del evangelio de Juan, es el trunfo sobre las tinieblas, es decir, sobre el mal, que se personifica en el Diablo, por tanto no es un triunfo cualquiera, sino el triunfo sobre el poder del mal. Cosa semejante hemos escuchado en la carta a los Hebreos, donde lo central, es la obediencia del Hijo a la voluntad del Padre, en favor de los hombres, pues, la obediencia de Cristo, es la causa de la salvación (cosa que no acurrió con Adán).
Finalmente que la pasión de Cristo que hemos escuchado nos haga caer en la cuenta, de que el camino hacia la Resurrección pasa por la Cruz, como signo de glorificación, signo amor; la cruz debe ser para nosotros signo del triunfo de Cristo, por eso la llavamos muchas veces en nuestro cuello, o preside nuestras Iglesias, porque la cruz es el paso a la vida, es señal de amor. Es esa la fe que hoy necesitamos, la misma fe que tuvo María y el discípulo amado, de estar presente junto al hijo y Maestro en el Gólgota, y desde ahí, desde el monte sentirnos parte de la Iglesia que surge al pie de la Cruz. Te adoramos oh, Cristo y te bendecimos... que por tu Santa Cruz redimiste el mundo. Así sea.
Lecturas: VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA Primera Lectura: Génesis 1,2—2,2/Salmo: 103 Segunda Lectura: Génesis 22, 1-18 /Salmo: 15 Tercera
Lectura:Exodo 14,15—15,1a /Cánt: éxodo 15 Cuarta Lectura: Isaías 54, 5-14 / Salmo: 29
Quinta Lectura: Isaías 55,1—11/ Cánt: Isaías 12 Sexta Lectura: Baruc 3, 9-15. 32 --4, 4/ Salmo 18, 8-11
Séptima Lectura: Ezequiel 36,16—28/ Salmo: 41 Epístola: Romanos 6, 3-11/Salmo: 117 Evangelio Lucas, 24, 1-12En esta noche santa, hemos revivido toda la historia de la Salavación, las lecturas que hemos escuchado, han sido para nosotros el itinerario del amor de Dios, que, desde la creación nos ha amado y por su gran amor, siempre nos ha mostrado -a los hombres su amor-. la liturgia de la palabra y en general esta vigilia, se orienta centralmente al aspecto bautismal, al ser regenrados por el agua y renacer a la vida del resucitado, es la experiencia del pueblo que pasa el Mar Rojo, es la experiacia de Cristo que vence las cedenas de la muerte y resucita. nosotros estamos llamados a ser imagen de Cristo, y nuestra tarea será manifestar a la humanidad, cada vez más alejada de Dios, la LUZ DEL RESUCITADO, ese el foco de nuestra fe, dar a la humanidad testimonio del resucitado, aquel que se entregó en la cruz, pero que no se quedó ahí, sino que resucitó.
esta noche santa debe ser para nosotros motivo de grande alegría, la alegría de sabernos redimidos, por aquel que dió su vida por nosotros y que nos rescató de las tinieblas, para que fueramos transportados a la luz; por eso nos hemos mantenido a oscuras, con nuestras velas encendidas, hasta que la luz del Resucitado invadió nuestra propia oscuridad y nos sacó de ahí.
Hoy, en este momento histórico, estamos llamado a ser luz del Resucitado, frente a las situaciones de oscuridad, debemos iluminar frente al valor de la vida, desde la concepción hasta su muerte natural; debemos ser luz, cuando se nos ocurece el horizonte con tratos ihumanos, donde parece que el hombre e un objeto más de un sistema que no ve rostros concretos; debemos mostrar la luz del resucitado, cuando se quiere oscurecer el verdadero valor de la Familia unida, que se ama, que acoge con amor a los hijos; estamos llamados a anunciar a un Dios vivo, no un Dios muerto y de muerte, no nos podemos quedar buscando entre los muertos al que está vivo, porque Cristo ha resucitado y no se ha quedado en el sepulcro. Por eso debemos ser luz del resucitado también en nuestra Iglesia, debemos iluminar aquellos rincones que quedan oscuros y salir adelante, si Cristo está entre nosotros, caminemos confiadamente en su Amor. Aleluya, Aleluya, Aleluya... Viva Cristo Resucitado.
Lecturas: DOMINGO DE LA RESURRECCIÓN -DÍA- Hechos 10, 34a. 37-43/ Salmo 117/ Colosenses 3, 1-4/ Juan 20, 1-9
¡¡¡Aleluya!!!