6to. Domingo de Pascua-C
SEXTO DOMINGO DE PASCUA - C
Lecturas: Hechos 15, 1-2.22-29/ Salmo 66/
Apocalípsis 21, 10-14.22-23/Juan 14, 23-29.
En Chile, día de la Madre.
La liturgia de
En esta misma línea, hemos orado con el salmo 66, en el cual reconocemos que al Señor y sólo a él deben dar gracias los pueblos, es decir el pueblo, escogido, congregado, amado por Dios, es el que debe dar gracias al Señor, por las maravillas realizadas, ahora bien este pueblo, amado por Dios es un pueblo que vive o por lo menos es así su deseo, vivir en la unidad, de un solo pueblo-rebaño.
Este pueblo de Dios, como hemos escuchado en la lectura del libro del Apocalipsis, es el pueblo, cimentado en el único y bello templo que es Cristo, el cual es construido con el soporte de los apóstoles, el sentido de las puertas, no es otra cosa que, la llamada a que de todas las naciones –salmo 66- están llamados por el cordero inmolado, a formar una sola nación, la cual gozará de
El evangelio de este domingo, no es otra cosa que la coronación de las lecturas que hemos compartido, nuevamente, en el contexto de la última cena, ese momento íntimo del maestro con sus discípulos, los invita a permanecer en el amor. La fidelidad a Dios, se mide por el grado de amor que hay en quien ama, el cual, no a Dios solamente, sino que lo ama en los hermanos, es ahí donde el amor se hace fecundo, se hace verdadero. Jesús les promete el abogado cuando él ya no esté, este abogado es el Paráclito, el Espíritu Santo, quien mantendrá, como lo ha hecho por 2000 años, la fuerza y entusiasmo de los seguidores del maestro. Finalmente en este sentido de la integración, Jesús deja
Finalmente, por estos días el sucesor de Pedro visita las tierras latinoamericanas, es él, el papa Benedicto XVI, quien continúa la misión de Pedro, y como fieles cristianos, estamos llamados a ser más que nunca fieles a la cátedra de Pedro. Estamos llamados a ser piedras vivas en medio de nuestra América, para que seamos discípulos y misioneros, para que los pueblos, en Cristo Redentor, tengamos vida.
También hoy, oramos de manera especial, por aquellas mujeres que nos han dado la vida, nuestras madre, que siempre están a nuestro lado en el camino de la vida, ellas son siempre el soporte y apoyo de los hijos, ellas saben cuidar, amar y defender si es necesario la vida de sus retoños; oremos por ellas, por las que están vivas y por aquellas que han partido al encuentro del Padre; amemos a nuestras madres como un tesoro que el Señor nos ha regalo, de ello tenemos modelo cuando al leer el Evangelio, se nos presenta a
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